El sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah (segundo por la derecha), durante una reunión con el presidente surcoreano en su palacio(Yonhap / EFE))
La implantación de la versión más estricta de la ley islámica (sharía) en el sultanato de Brunéi avanza inexorablemente. En el 2014, el severo Código Penal ya impuso multas o penas de cárcel por delitos como el embarazo fuera del matrimonio o la ausencia a la oración de los viernes. Un año después, se prohibió la celebración de la Navidad para los musulmanes (el islam es la religión oficial del país, que practica el 80% de los habitantes), so pena de pasarse hasta cinco años en prisión. Si nada o nadie lo remedia, a partir de la próxima semana se castigará con la pena de muerte por lapidación el adulterio o las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Justicia made in Arabia Saudí en pleno Sudeste asiático.