Le abandonaron en una isla y sobrevivió allí 30 años: una historia muy humana
La escritora Lydia Syson acaba de publicar un libro titulado 'Mr. Peacock’s Possessions', en el que cuenta la sorprendente historia de su abuelo
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La literatura es un premio. Algunas personas tienen la suerte de conocer a otras que son, por todo lo vivido, un buen personaje de novela. Y esas vidas hay que contarlas. ¿Quién puede resistirse a no escribir las aventuras que le suceden a un hombre en una isla desierta? Los libros llevan años demostrando que un islote es un escenario narrativo privilegiado.
Solo hace falta echar la vista atrás en la historia de la literatura para confirmar esta hipótesis. 'Los viajes de Gulliver', de Jonathan Swift; 'Robinson Crusoe', de Daniel Defoe; 'La isla del tesoro', de Stevenson; 'Utopía', de Tomás Moro; 'El señor de las moscas', de William Golding… Una isla es, digan lo que digan, un polo de atracción narrativo. Y si a ella se une un naufragio, es inútil luchar contra la fuerza creativa que ofrecen esos dos escenarios. Son auténticas instituciones literarias.