Sopas de ajo y cebolla con doble nacionalidad
Si se puede mezclar la gastronomía de Texas y México o la de Japón y Perú, ¿por qué Francia y España no podemos cruzar dos de nuestras sopas más emblemáticas, baratas y deliciosas? El ajo y la cebolla están a favor.
España x Francia. Ojo, que esa equis no significa "contra", ni mucho menos. Es un cruce. ¿Por qué? Pues porque la receta que te traigo hoy es un dos en uno que mezcla lo mejor de dos sopas estupendas que, casualmente, son también dos de mis platos favoritos. La pregunta es la siguiente: ¿qué pasaría si afrancesara una sopa de ajo? ¿Y si españolizara la sopa de cebolla? La respuesta, distinguido público, en este mismo episodio.
Lo que más sorprende de estas sopas es su sencillez, pues ambas tiran de ingredientes humildes que dan un resultado a la altura de cualquier banquete. La sopa de cebolla, por un lado, dulce y algo salvaje por ese punto de salsa Perrins (que muchos no limitan a un toque en la tostada de queso, y añaden también a la propia sopa como si no hubiera un mañana). La de ajo, por otro, intensa y reconfortante a partes iguales, capaz de quitarte el frío a la segunda cucharada. ¿Qué te propongo, entonces? Atención…