El gazpacho andaluz se ha expandido por todo el mundo en las últimas décadas. Aunque hay tantas recetas como madres, esta es de las mejores
El gazpacho es uno de los platos más internacionales de la cocina española, y una de las preparaciones más antiguas de nuestro recetario –existen referencias sobre él en romances del siglo XII–. Hoy en día, existe un gazpacho “estándar”, elaborado con aceite de oliva, vinagre y hortalizas crudas, con el tomate como protagonista, pero cuando esta sopa fría empezó a elaborarse en la península, como alimento básico de campesinos y pastores, era aún más básica: a veces sólo contaba con pan desmigado, aceite, vinagre y agua.
Existen múltiples gazpachos, en los que podríamos incluir variedades como el salmorejo, sopa de pan y tomate originaria de córdoba y cada vez más popular; el ajoblanco, un protogazpacho que se elaboraba antes de que el tomate llegara siquiera a la península; o el gazpacho manchego, un guiso de carne que poco tiene que ver con la sopa fría reina del verano.