Drama rural en mil enigmas y un asesinato
¿Dónde le mataron y enterraron? ¿Partió de parientes suyos, ofendidos, su persecución? ¿Por qué su supuesto empeño en agraviarles con ‘La casa de Bernarda Alba’?
Federico e Isabel García Lorca, en Granada, en 1914. FUNDACIÓN FEDERICO GARCÍA LORCA
Hay muertos que no terminan de morirse nunca; que siguen jugando al escondite, con los vivos y con los muertos. Hay otros muertos, también (quizá fantasmas de papel y tinta), que no quieren que se encuentre a esos muertos; y también hay vivos que buscan, y otros vivos que prefieren que los muertos se queden donde están –donde quiera que sigan, jugando al escondite.
Hay, por supuesto, también, mil leyendas en torno a esos muertos y esos vivos. “Yo conozco a gente con una imaginación tremenda. Que te encajan las piezas a martillazos, pero que te hacen el puzle. Y dices: es que es creíble esto que cuenta, ¡incluso muy creíble!; ¿por qué no va a ser verdad? Pero no es verdad, ni más ni menos. Esto es todo un mundo, una madeja dificilísima”.
Miguel Caballero –cincuenta y tantos, alto, robusto, de cabeza despejada y ojos inquietos bajo las gafas– habla a la sombra benigna de los pinos que protegen del sol de julio y fija la vista más allá; ora en el olivo tras la puerta enrejada, a nuestra derecha, ora en una ardilla que se mueve silenciosa en el bosquecillo contiguo. “No he seguido testimonios orales salvo que se respaldaran documentalmente: de mil, hay uno que pueda verificarse como tal. Y hay mucha gente que habla con buena intención, ¡pero los fallos de memoria! Si toda la gente que dice que lo vio muerto lo hubiera visto realmente, reunimos al Camp Nou”.
Para leer el resto del artículo de MIGUEL ÁNGEL ORTEGA LUCAS, seguir el enlace. http://ctxt.es/es/20160921/Culturas/8556/donde-estan-los-huesos-de-Lorca-Federico-Garcia-Lorca-asesinato-fosa-memoria-historica.htm