El efecto Unesco: ser patrimonio de la humanidad es una suerte o una maldición?
La declaración de la Unesco de los muelles de George Town (Malasia) como patrimonio de la humanidad ha salvado de la ruina esta zona plagada de locales ilegales de juego
Sin embargo, su nueva fama ha atraído una marea de turistas que pone en peligro la identidad y la historia del lugar
Imagen de turistas caminando por Chew Jetty MARCIN PIELUZEK / FLICKR
Chew Jetty, un enclave de pescadores de George Town, en Malasia, atrae a una inmensa cantidad de turistas. Las casas históricas ahora son tenderetes comerciales en los que cuelgan letreros de neón; los que una vez fueron pescadores ahora venden camisetas, imanes y postales. Los autobuses abarrotados llevan y traen gente desde muy temprano hasta la caída del sol.
Este intrusismo diario tiene un alto coste: los turistas se asoman por las ventanas, hay letreros de 'no hacer fotos' por todas partes, y los autóctonos se esfuman cada vez que se topan con una cara extraña. "Me gustaría recordarle a la gente que no somos monos y que esto no es un zoo", dice Lee Kah Lei, que dirige una tiendecita de regalos en la puerta de su casa de Chew Jetty.
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