Ignacio Vasallo | EL PAÍS OTRA VEZ A LA DERIVA
EL PAÍS OTRA VEZ A LA DERIVA
Joseph Oughourlian, en representación de Amber Capital, y sus aliados, ha logrado el cese de Javier Monzón como Presidente de Prisa.-En 2017 ya había hecho lo mismo con Cebrián- y la separación de Santillana –la única división rentable- .
Amber Capital, como el resto de los “fondos buitres”, solo pretende obtener el máximo rendimiento de su inversión -en este caso trescientos millones de euros- .
Sin embargo, cuando hablamos del País y de la SER, el periódico y la cadena de radio más influyentes de España, es inevitable que la política no se quede en la sombra.
El País, bajo la dirección de Antonio Caño fué claramente “antisanchista”, incluso con un par de editoriales insultantes, pero se moderó –si es que esa es la expresión correcta- con Soledad Gallego-Diaz. El regreso de Javier Moreno buscaría neutralidad en el barullo político, pero solo ha logrado confusión.
El País es calificado por los medios internacionales como un periódico liberal de centro izquierda y por los medios conservadores españoles como el diario “gubernamental“. Algunos editoriales son moderadamente críticos con el Gobierno, muy críticos con Podemos y otros lo son con la oposición. La redacción nacional puede inclinarse ligeramente del lado del Gobierno, pero las columnas de opinión, o al menos sus principales columnistas, no pierden oportunidad de sacudir al “sanchismo“, eso sí con unas formas, en general, educadas .
Y es que en el País no escribe cualquiera.
El más ilustre de todos ellos, Mario Vargas Llosa nunca ha ocultado su querencia por la derecha española, desde Cayetana a Isabel, y su animadversión a este gobierno, con una prosa exquisita, y como él mismo dice con pocos adjetivos. Sin embargo, un domingo de diciembre no se cortó, con el pretexto de la defensa del castellano en la escuela, y llegó a incitar a la gente a salir a la calle para atacar a ley Celaá. Pero en su artículo del pasado día 3 no dudó en demostrar su liberalismo con una defensa cerrada del “derecho a morir “.
No le anda a la zaga otro maestro, que es capaz en su columna de los sábados de soltar más ideas que otros en páginas enteras, y es que Fernando Savater, no solo piensa bien sino que escribe mejor, pero de gubernamental no tiene nada. Sus valientes actuaciones al frente de ”Basta ya“ le dan derecho a poner la palabra donde antes puso la acción.
Cuando Feliz de Azúa se lanza a la crítica política solo tiene un objetivo: Sánchez, que estaría tramando la creación en España de un régimen sudamericano, peronista, chavista o algo parecido, con el consentimiento de gran parte del país y la excepción de Madrid. Su tono agresivo y con insultos personales ha llamado la atención de algunos quejosos lectores y del Defensor del lector. Se ha defendido con altivez intelectual.
El profesor Francesc de Carreras sabe expresarse con párrafos claros, limpios y bien argumentados, para convencernos de que Sánchez quiere destrozar todo el entramado constitucional .
Los cuatro tienen antecedentes izquierdosos
Javier Marías, el propietario de la última página del dominical y un magnífico narrador, sacude con dureza al Gobierno, pero también a la oposición, y es que Marías está permanentemente cabreado, lo malo es que generalmente con razón.
Y por último Cebrián, el único que publica cuando quiere, que también da mamporros a diestra y siniestra, con preferencia por el Presidente.
Savater, Azúa y De Carreras han tenido relación con Ciudadanos –de hecho los dos últimos son fundadores del movimiento precursor del partido. Los seis son liberales en economía y en materias como religión, aborto o eutanasia -por lo que no se sentirían a gusto escribiendo en ABC o La Razón- y enemigos acérrimos de los nacionalismos. Es decir están de acuerdo con la línea editorial del País, menos en su posición respecto al Gobierno.
Es difícil que convenza a los lectores del matutino. Si recordamos a Mcluhan -el medio es el mensaje- una buena parte de ellos apoyan al Gobierno, mientras que la reafirmación cognitiva les impide cambiar de opinión.
Los lectores, que suelen confundir las opiniones de los columnistas con las del periódico andan un poco confundidos.
Ignacio Vasallo