La crisis del turismo ruso, por Ignacio Vasallo
La fuerte caída del turismo ruso este verano debería servirnos de lección sobre lo arriesgado de apostar por mercados que no reúnen los requisitos para garantizar flujos turísticos continuos en tiempo y cantidad hacia nuestros destinos turísticos.
En los últimos cinco años las comunidades autónomas, y especialmente la Secretaría de Estado de Turismo, gastaron un porcentaje desproporcionado de sus presupuestos de promoción en ese mercado, que fue calificado de prioritario en los planes de marketing en perjuicio de otros como el francés que eran clasificados como secundarios. El argumento: un turista ruso gasta de promedio en España más del doble de un turista francés, lo que sin duda es cierto pero no basta para compensar la diferencia en las llegadas.