La sexualidad de los vikingos
UNA SOCIEDAD CON POCOS TABÚES
En la sociedad vikinga existía una considerable libertad sexual en comparación con otras. Sin embargo, dicha libertad estaba supeditada a que se cumpliera la obligación social de dejar descendientes.
Entre las muchas cosas que sorprendían a los embajadores cristianos y musulmanes que visitaban a los jefes vikingos, sus costumbres sexuales eran probablemente lo que más asombro les causaba. Vista desde fuera podía parecer una sociedad muy permisiva, pero existía otra cara de la moneda: la libertad sexual estaba condicionada a que hombres y mujeres cumplieran con la comunidad su obligación de producir descendientes.
Muchas de las costumbres vikingas en lo referente al sexo se entienden mejor en el marco de esta obligación social: la poligamia, los derechos de las mujeres -muchos más de los que gozaban en sociedades de la misma época- o la relativa aceptación de la homosexualidad.
Vista desde fuera la sociedad vikinga podía parecer muy permisiva, pero esta libertad estaba condicionada a que se cumpliera con la obligación social de producir descendientes
OBLIGACIONES CONYUGALES, LIBERTADES INDIVIDUALES
Una de las cosas que más sorprendía a los embajadores de países extranjeros, a juzgar por sus crónicas, es la importancia que se daba al placer de la mujer, que en sus culturas era visto como algo pecaminoso. Al contrario, los vikingos consideraban no solo que las mujeres tenían derecho al placer, sino que lo veían como una condición indispensable para que aportaran también su “semilla” en el momento de la concepción.
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