Nada como un auténtico queso cabrales. (iStock)
La historia de los quesos asturianos viene de lejos. Dice la leyenda que cuando el rey Pelayo volvió a palacio tras su victoria en la batalla de Covadonga (la cual se considera el inicio de la Reconquista y, según algunos historiadores, cumple 1.300 años en 2018, aunque la fecha oficial es 722). Por el camino, los habitantes de Asturias le hacían ofrendas como agradecimiento por defenderlos de las tropas de Munuza, gobernador del Imperio Omeya. Unos pastores le regalaron al rey una rueda gigante de un queso que habían hecho en las montañas, dejándolo madurar dentro de las cuevas. Al rey le gustó tantísimo que hizo nobles a los pastores. ¿Qué queso era? El cabrales, por supuesto