POSTALES DEL CORONAVIRUS | NYT
El lenguaje de la naturaleza
Hice una ofrenda que empecé desde el séptimo día del confinamiento. Durante cincuenta días realicé un seguimiento fotográfico mientras llegaba la primavera.
Por Paola Gómez Caicedo

Credit...Javier Jaén
Postales del coronavirus es un diario colectivo de esta era de incertidumbre. Puedes ver toda la serie aquí.
SAINT-GERVAIS, Francia — A veces siento que soy puro movimiento. Nací en Cali, Colombia, hace seis años me mudé a París y, desde hace tres, dejé la ciudad para instalarme en el campo. Ahora vivo en un pueblo de unos cientos de habitantes en la región del Vexin français, al norte de Francia.

Era el comienzo de la primavera. Ocasión para realizar una creación-ofrenda. Este árbol y un par de pequeños pájaros me llevaron a escoger este lugar en el bosque.
Se podría pensar que lejos de las metrópolis, en lugares rurales como en el que estoy, una pandemia global sería apenas un rumor. Pero llegó con la fuerza del miedo, el confinamiento y la distancia social impuestas en todo el país. Durante dos meses de encierro, percibí los rastros de un mundo levemente distinto: escuché una quietud inusual y un cielo libre de aviones.
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“Ofrendar”, según la cosmogonía de algunos pueblos indígenas, es sístole y diástole consciente con la naturaleza. En esta creación-ofrenda hay miel, cacao, arroz, lentejas, semillas de girasol y de linaza, zanahorias, naranjas, peras y papas.
Vivir la crisis en este lugar es casi un oxímoron: me llegan noticias de dolor, horror y muerte, pero me rodean paisajes de una primavera en pleno apogeo. Todos los días escucho que ya no hay más camas en los hospitales, que los muertos se acumulan, que el virus llega con fuerza a los países más desiguales del mundo y que el panorama es desolador. Pero apenas me alejo de las pantallas, veo el verde de las hojas de los árboles y el paisaje que ha dejado atrás el invierno para dar lugar a la vida de la nueva estación, al jardín en flor, a la abeja volando.
