Los brotes generalizados de enfermedades tienen el potencial de sacudir a las sociedades para que adopten nuevas formas de vida.
Monika Aichele
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Hace cinco años, decidí escribir una novela ambientada en las secuelas de una terrible pandemia.
La novela era una historia alternativa, un western revisionista ambientado en el siglo XIX, y acabé investigando en abundancia sobre todo tipo de temas, desde las marcas de ganado hasta la obstetricia. Pero me avergüenza admitir que mi investigación sobre las catástrofes sanitarias fue un tanto escasa. Básicamente, analicé una lista de brotes de gripe, elegí el que se adaptaba mejor a mi argumento (una pandemia de 1830 que podría haber empezado en China) y empecé a escribir.
Pero cuando terminé el libro, sus acontecimientos chocaron con el presente. En marzo de 2020 estaba trabajando en las correcciones cuando la ciudad de Nueva York, donde vivo, empezó a cerrar. De repente, tuve mucho tiempo, y mucha motivación, para considerar lo que había acertado y lo que no sobre la devastación que la enfermedad genera en una sociedad.
Para leer el resto del articulo de Anna North, seguir enlace. https://www.nytimes.com/es/2021/04/07/espanol/historia-pandemia.html