
Conoce el desierto florido de Atacama en 360 grados. LUIS MANUEL RIVAS / MANUEL ANSEDE
La botánica Gina Arancio camina con cuidado entre las flores mientras pregona sus exóticos nombres con entusiasmo: lágrimas de virgen, patas de guanaco, garras de león, coronillas de fraile, orejas de zorro, tabaco del diablo... Estamos en los inicios del desierto de Atacama, al norte de la ciudad de La Serena, en Chile. Es uno de los lugares más áridos del planeta, un rincón más similar a Marte que al resto de la Tierra, pero hoy parece una alfombra de colores. Arancio habla de “magia”.
“Un año normal, todo este paraje, todos estos ambientes, cerros, laderas, pampas son grises. No hay ningún verdor, ni flores. Absolutamente nada”, resume la investigadora, profesora de la Universidad de La Serena. “Pero apenas cae un poquito de agua, surge esta maravilla”, proclama señalando todo a su alrededor.